Edicion noviembre 14, 2024
Columnista - Indalecio Dangond

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Un crédito perverso

Columnista – Indalecio Dangond

Tenía pensado escribir en semana santa, sobre las bases del programa de gobierno del candidato presidencial Fico Gutiérrez, pero una noticia de Bancoldex me hizo cambiar de tema. La historia es la siguiente.

Con la llegada de la transformación digital, los bancos empezaron a reemplazar sus formas convencionales de servicios financieros por sistemas digitales sencillos y de fácil acceso para llegar a la mayor cantidad de clientes con menores costos administrativos y financieros. Parece ser, que en Bancoldex, aplicaron al revés las ventajas de las Fintechs y crowdfunding. Pues, crearon una plataforma tecnológica que funciona como un puente que conecta a microempresarios con financiadores bancarios y no bancarios, pero con las tasas de interés más altas del mercado. Es una especie de subasta financiera.

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Es difícil entender que un banco del gobierno, fundado para fomentar las exportaciones y el desarrollo empresarial con créditos baratos, lo conviertan en una entidad dedicada a gestionar recursos de créditos para microempresarios a través de terceros con altas tasas de interés. En el publirreportaje que aparece en la revista semana, citan como ejemplo y como un gran logro, un crédito de 3 millones de pesos que le ayudaron a conseguir a Leidy Cobos -dueña de una cigarrería-, a través del Banco Agrario (otro banco de fomento del gobierno) a una tasa de interés del 32.5% efectivo anual. ¡Qué horror!

Lo peor de este cuento, es que, encontré que en Finagro (otro banco del gobierno), vienen operando desde el año 2019, este abusivo e inadmisible esquema de financiamiento con el banco Agrario y otras entidades financieras del sector privado. En estos tres años abusaron de más de 262.000 pequeños empresarios rurales del país, a los cuales les prestaron más de 548.000 millones de pesos respaldados por el Fondo Agropecuario de Garantías (FAG) a tasas de interés que oscilaron entre el 28% y el 44% efectivo anual, cuando la Ley 16 de 1.990 -la que creó el Sistema Nacional de Crédito Agropecuario-, estableció un tope máximo de tasa de interés de DTF+7% efectivo anual, para pequeños productores del campo. Se inventaron la figura del microcrédito rural para burlarse de la Ley. Solo les faltó contratar la red de los cobra diarios.

Es inaceptable, que, un par de bancos de fomento empresarial y agropecuario del gobierno, se dediquen a quitarle la rentabilidad a los negocios de los pequeños empresarios del país, a través del microcrédito. Las superintendencias Financiera y de la Economía Solidaria, como, los organismos de control fiscal y disciplinario, están en mora de abrir una investigación a los promotores de este perverso esquema de fondeo de recursos para favorecer a unos terceros en detrimento de las rentas de los micro y pequeños empresarios del país.

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Sin duda alguna, este debe ser un tema prioritario en el plan de gobierno de Fico. Si queremos reducir la brecha de la pobreza y aumentar los ingresos en los estratos 1, 2 y 3, hay que empezar por bajar las tasas de interés de los microcréditos y bancarizar a más de 6 millones de pequeños empresarios que están bajo el mecanismo de financiación informal llamado “gota a gota” o “pagadiario”.

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