Edicion septiembre 19, 2024

Aquellas canciones de diálogos melodiosos y coloquiales

Columnista - Luis Eduardo Acosta Medina

Comparte

Aquellas canciones de diálogos melodiosos y coloquiales

Columnista – Luis Eduardo Acosta Medina

Como suele suceder con algunos temas relacionados con las canciones y en general con la música Vallenata, cada día que pasa en la dirección incorrecta se van perdiendo en forma imperceptible pero sostenida muchos elementos que contribuyeron al posicionamiento y el éxito folclórico y comercial del vallenato tradicional, entre ellos las letras de los cantos en los cuales ingeniosamente establecían sus autores diálogos imaginarios y narrativos entre los protagonistas de la historia cantada.

Los botones para mostrar son tantos como arroz partido, pero vienen a mi mente algunos que dan cuenta de la inteligencia natural de esos compositores, entre esos cantos se puede destacar  “Penas de un Hogar” de Rafael Escalona, en la cual cuenta que llego a visitar al hogar de una pareja de amigos, porque presentía que algo grave estaba pasando, la mujer le agradeció su presencia, previa advertencia del autor que es  respetuoso de la mujer ajena, aquella le contó entonces que el padre de los muchachos estremeció a la familia con su ausencia, le dijo que, “Yo soy casada hacen veinte años, tengo mi hogar y tengo mis hijos, pero el problema es con mi marido que últimamente es irresponsable, ahora tiene una mujer en la calle y aquí en la casa todos lamentamos,  y los muchachos perdieron el año porque no pueden estudiar con hambre”, rafa riposta comprensivo y solidario, lamentando lo sucedido diciendo que esos problemas causan penas, le recuerda que su caso no es el único, le dice que  se están viendo diariamente,  y concluye exclamando “El que tenga tienda que la atienda y el que tenga hogar que lo respete”. .

Publicidad

Carlos Huertas en “El cantor de Fonseca” nos pone de presente su casual  encuentro en una noche de rebusque por los estaderos de la bahía de  Santa Marta  con el bohemio  interiorano que después de escucharlo cantar exclamó,  “Óigame compa usted no es  del valle,  del Magdalena ni de Bolívar, pues se me antoja que  sus cantares son de una  tierra desconocida”, fue cuando le dio la respuesta que en 1973 con  rima y melodía, le hizo  saber que si  le inspiraba saber la tierra de donde era,   “con mucho gusto y  a   mucho honor, yo soy del Centro de La Guajira”, y aprovecho para contarle que nació en Dibulla frente al mar, que de allí muy pequeño se lo llevaron, lo bautizaron en Barrancas y en toda la Guajira se hizo libre, también le hizo saber que vio tocar a Santander Martínez, a Chico Bolaños y a Francisco El Hombre, a Lole Brito y a Luis Pitre, visibilizó en su obra a Lagunita donde cantó al lado de Monche Brito, Julio Francisco y Chiche guerra y también conoció a Bienvenido el autor de Berta Caldera, en esa canción dejo extendida el Cantor de Fonseca su gran habilidad como letrista,  poeta y compositor de reputadas condiciones

Por su parte Julio Oñate Martínez en la Canción “Encuentro con Simón”  narra con pelos y señales los detalles de  su Encuentro con Simón salas el sobrino de la Vieja Sara que por un disgusto con ella había abandonado El Plan en la plenitud de su primavera, dice el gran compositor, investigador, escritor y cronista de la música vallenata que durante un viaje en sus correrías promocionando productos para uso agrícola en la región,  de las Colonias que hay en Caracolito se desplazaba del Valle para fundación, y había un viejito chiquitico y cabeza blanca que tocaba alegremente un merengue con su acordeón, La biblia del Vallenato cuenta en su relato que le dijo que “su nota picada,  lo mismo que sus bellos cantares, me recuerdan mucho a Toño Salas a Emiliano Bolaños y Morales”, continua su relato que Fascinado por la dulce melodía que derrochaba el viejito le dijo: “Usted parece nacido en la tierra mía, por favor diga su nombre yo lo quiero conocer” su interlocutor contesto de inmediato con información detallada para su mayor ilustración diciendo que “Yo soy Simón Salas y soy compadre de Rafael, soy sobrino de la Vieja Sara y primo de Emiliano también, me recuerdan en la provincia como El Compadre Simón, mi rutina fue conocida desde la sierra al playón”.

El Odontólogo y compositor Fonsequero José María “Chema” Gómez Daza también hizo su aporte para que nunca muera el vallenato tradicional con la canción titulada “Compae Chipuco”, en ella con énfasis en el rescate de la oralidad, relata con gracia y lenguaje sencillo y con medida su encuentro con Antonio Guerra Bullones a su paso durante un  viaje desde Santa Marta  para Fonseca, a quien visitó  acompañado de su amigo Neys Daza en su parcela al lado del Rio Guatapurí, lugar donde desplegaba sus habilidades para el cultivo y las cosechas, mientras su compañera Carmen Arzuaga adobaba con sus manos laboriosas las comidas típicas que vendía en la ciudad pequeña y de casitas de bahareques  de Valledupar.

Para colocar la tapa a esta cajeta, viene a nuestra mente “El compadre” una canción de Luciano Gullo Fragozo que Oñate le grabo con Los Hermanos López en el año 1973, álbum “El cantor de Fonseca”, en esta narra magistralmente los pormenores de su  visita a Doña Ruth Ladrondeguevara esposa de su compadre Tobías Enrique Pumarejo  a propósito de unos achaques  que este presentaba, dice que “Al llegar  a la casa  de mi compadre Tobías,  me dijo Doña Ruth, ya su compadre se fue, se lo llevaron grave y yo no se todavía,  no he tenido noticias de su llegada al Valle” , la misma interlocutora agregó con optimismo que tenía mucha fe, y el día menos pensado a su lado lo tendría, Luciano repostó  diciendo: “Como yo la vi triste, llena de melancolía, la tristeza destruye, yo también la confirmé, asi como usted dice, aquí tiene que volver, compadre Tobías Enrique no se muere todavía” , concluye diciendo “A Santo Eccehomo del Valle le ruego por su salud, le aseguro doña Ruth que ahorita viene el compadre”, es en aquel momento cuando, cuenta el autor que  interviene en el dialogo Tito, hermano del enfermo quien dijo lo siguiente: “Después dijo don Tito con una preocupación, si el caso es de operación  voy a ver a mi hermanito, el tenía razón cuando le oi decir un día que solo se operaria con  Martínez Calderón”, el epilogo de ese dialogo melodioso y tripartito fue el coro cuando dice Tito ante un eventual procedimiento quirúrgico, para elogiar a un galeno lo siguiente, “Es un medico eminente, un experto cirujano, con el bisturí en la mano le da vida a su paciente”

¿Porque ya esas canciones nadie las graba?

noticias relacionadas

Consulta Virtual

¿Considera que el turismo es el principal potencial de La Guajira?

ULTIMAS NOTICIAS