MARÍA, un ejemplo para las mujeres de hoy
La vida es una montaña rusa de situaciones y emociones para lo cual debemos prepararnos. Esta mañana después de vivir una situación de incómoda generada por la mala interpretación de mis mensajes diarios, casi tomo la equivocada decisión de no continuar enviándolos vía WhatsApp; pero como no soy yo sino lo que Dios hace a través de mí, a los pocos minutos recibí una de mis mayores alegrías porque unas líneas que envié logró trascender para evitar que alguien se quitara la vida ¡Dios bendito!
Cada día procuro escribir o comentar alguna reflexión esperando que quien lo reciba tenga una herramienta adicional para enfrentar lo desagradable de una manera más positiva y productiva; me gusta que quienes me rodean y aprecio puedan sortear de manera sabia cada uno de los problemas de la vida, por eso me atreví a enviar esos mensajes. Es por ello que de manera particular o colectiva le escribo una palabra, le cuento una anécdota o un mensaje sin otra intención particular que potenciar sus valores, habilidades y sabiduría, eso lo hago porque siento que Dios me concedió esa habilidad que debo compartir. Sin embargo, si uno que otro mensaje en un momento inoportuno de alguna persona pudo generar una confusión emocional, por ello pido perdón. No es mi intención.
Lastimosamente muchas mujeres en la actualidad han decidido seguir la vida de artistas e influenciadoras de redes sociales (cada quien escoge lo que quiere) antes que de mujeres virtuosas; así mismo, con tristeza pero respetando las creencias particulares veo como muchas sectas y movimientos religiosos no comparten el papel de María en la vida, muerte y resurrección de Cristo y han preferido dar importancia a otros personajes que aunque fueron importantes no cumplieron su primordial papel en la historia de la salvación. Considero que esta es una prueba más de la incoherencia humana; nos damos golpes de pecho pidiendo un cambio para mejorar nuestra calidad de vida pero preferimos hipócritamente la moda y el desenfreno ante las virtudes de esta mujer ejemplar.
Lógicamente este comportamiento desabrocha la opción para que cualquiera se convierta en el patrón a seguir, (lastimosamente no todas las mujeres tienen la voluntad para crear su propia historia) además que ese menosprecio a la medre de Jesús, da pie para que se minimice la importancia de las mujeres en todos los aspectos de la vida: social, religiosa, política y familiar; sin embargo, no es ese mi tema de hoy , más bien quiero que las mujeres que pudieran leer este escrito se despojen de todo prejuicio anterior y asuman el reto que hoy les propongo: miren la vida de María, analícenla y pregúntense si quieres ser como ella.
Quienes me conocen saben que respetar y valorar a las mujeres es uno de mis principios de vida fundamentales. Como humano he cometido errores por eso decidí emprender un camino buscando el perdón en nombre de los hombres en cada mujer lastimada por las faltas, ofensas, humillaciones, deshonra, ultrajes, burlas, desprecio y violencias cometida por nosotros desde el principio de los tiempos; esto fue inculcado por mis padres y reforzado en mi acercamiento a la vida cristiana donde encontré a María como ejemplo de mujer, de madre y de esposa. Una mujer de fe infinita, paciencia inagotable, erudición sin egocentrismo y amor desmedido, lo que le permitió aceptar el gozo del nacimiento del salvador del mundo, pero también el destino trágico en crucifixión de su hijo para liberarnos del pecado y acercar nuestros corazones a Dios. Aun así, su obediencia al plan de Dios la llevó a soportar la incomprensión que rodeó su misión con amor.
Hablaba con uno de mis mentores el Coach Carlos Monnery Caiafa respecto al desafortunado enfoque que miembros de algunos colectivos feministas de la época actual le han dado al valor de la mujer, parecen más en una competencia de querer igualar las tareas de los hombres en fuerza y labores, que en hacer valer el papel real de la mujer en la sociedad y las familias. A mi juicio han confundido el ideal de actuar como mujer, en ambicionar la naturaleza del hombre creyendo que es la vía para que puedan ser tomadas en cuenta.
Las mujeres pueden lograr el reconocimiento que hasta hoy se les ha negado, si se deciden a tener los patrones de María como ejemplo, pues se logra evidenciar en los textos bíblicos tantas características que la definen como alegre y bondadosa, valiente y decidida, con una estabilidad emocional increíble. Creativa, soñadora, llena de fe y confianza, la más humilde y sencilla de todas. Obediente, emprendedora y por sobre todas las cosas, con el amor más grande del planeta, hecho verbo dentro de su vientre; increíble tantas virtudes. Creo que hacen falta muchas Marías, dentro de las actividades diarias en cada lugar; mujeres que osen con ánimo y gozo afrontar cada desafío que surja, confiando en Dios padre y las extraordinarias destrezas que ha dispuesto para cada una.
Las mujeres son el motor, incluso para el mismísimo hijo de Dios, por eso recuerdo con alegría el pasaje de las Bodas de Caná, en donde María fue la primera en darse cuenta que faltaba vino y aunque parezca algo sencillo, fue quien impulsó a Jesús a realizar aquel primer milagro. Eso nos da la mejor enseñanza que como mujeres están para atender los detalles que hacen la diferencia y lograr grandes resultados, no compitiendo con los hombres sino impulsando las buenas obras. O que decir la valentía con la que sola viajó para ir a visitar a su prima Isabel para cuidar de ella ya que se encontraba en la recta final de su milagroso embarazo o cuando asumió su papel de enfrentar a los guardias armados que custodiaban la tumba de su hijo.
Es inusual que escriba o publique algo de esta temática, pero creo que cualquier momento es preciso para dar gracias a Dios por permitirme llegar a tantas personas y lograr impactar de manera positiva. Esto lo escribo a petición de esa persona que hoy quiere compartir con muchas personas que encontró nuevamente su razón de vida, con el mensaje donde la invitaba a ser como María.
Que más motivación para continuar! Por cierto, esto no va solo para las mujeres, nosotros los hombres también merecemos conocer e imitar algunos aspectos de María en nuestra búsqueda de cambiar el mundo, además de pretender ser San José, no nos hace mal mirar a su santa esposa.
