Edicion septiembre 20, 2024

La evolución del vallenato

Columnista - Fabio Olea Massa

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La evolución del vallenato

Columnista – Fabio Olea Massa.

La música vallenata y el porro sabanero son mi música preferida. Con el paso del tiempo el vallenato ha evolucionado desde lo clásico o autóctono hasta la “nueva ola”. Crecí escuchando a los grandes juglares como Alejo Durán, Juancho Polo Valencia, Calixto Ochoa y Alfredo Gutiérrez, y todavía los escucho porque creo que su música no ha sido superada en calidad. Las canciones de antes las considero mejores que las de hoy y soy seguidor del vallenato de la vieja guardia.

El vallenato clásico es natural, conserva sus raíces autóctonas y me sabe y huele al campo; narra nuestras costumbres y tradiciones populares; expresa el vivir del costeño; le canta a la naturaleza, al amor, la mujer, la amistad, la alegría y el dolor. Es un vallenato con alma, sentimiento y sabor rural, “corroncho”, con espíritu campechano y sabor a la cultura y costumbres costeñas.

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En los 70 irrumpen Los Zuleta, Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Beto Zabaleta y el Binomio de Oro como herederos de los viejos juglares, artistas que dieron al vallenato un estilo más moderno, mejor sonido, nuevos instrumentos, y aparece la figura del cantante separado del acordeonero. Sin embargo, este vallenato moderno conserva sus raíces originales.

En los 90 Carlos Vives con su pinta de hippie rockero toma el vallenato clásico y lo adapta a una especie de rock criollo lanzando “clásicos de la provincia”, álbum de vallenatos clásicos donde se destaca “La gota fría” del viejo Emiliano Zuleta. El vallenato se posiciona a nivel internacional pero este estilo lo desmarca del vallenato clásico y del moderno.

Con el nuevo milenio llega el vallenato de la “nueva ola” que se diferencia del vallenato de los juglares tradicionales por la influencia urbana de la ciudad. Sus intérpretes son jóvenes que dejaron atrás sus costumbres pueblerinas, modo de ser, de vestir, hablar y pensar. Se destaca Kaleth Morales como precursor del nuevo estilo, Silvestre Dangónd, Luifer Cuello, Pipe Peláez. Esta nueva generación de artistas caribonitos, modernos, profesionales de universidad, cambiaron la escenografía de los conciertos, impusieron un nuevo estilo en la forma de vestir y de hablar para estar más sintonizados con el público joven que gusta de su música.

En el vallenato tradicional se destaca la poesía de sus letras, la armonía musical y la belleza de sus metáforas, mientras en la “nueva ola” no importa mucho la lírica de las canciones, es más que todo un producto comercial fabricado en un estudio de grabación para venderlo. Las canciones viejas perduran por su calidad en cambio las de la “nueva ola” son pasajeras y olvidan rapidito.

La canción “El verano” de Alejo Durán dice: “Vengo a decirles compañeros míos ¡Llegó el verano!… ¡Llegó el verano! Luego verán los arboles llorando viendo rodar sus vestidos”, es una hermosa poesía costumbrista que describe el vestido de los árboles, que son sus hojas verdes en el invierno, y como mueren cuando llega la sequía; tiene letra, música y sabe a naturaleza. La canción “Me tiene pechichón” que canta Silvestre dice: “Ay, ay,..me tiene pechichón chón, chon, me tiene sabrosón son, son” es un estribillo pegajoso como le gusta a la juventud de hoy que se “espeluca” bailando y saltando al son de esta música. Aquí notamos la diferencia entre un vallenato clásico y uno de la “nueva ola”.

Todo fenómeno cultural evoluciona para adaptarse a las realidades de nuevas épocas y la música no es la excepción. El vallenato como fenómeno cultural dejo de ser marginal y evoluciono de un contexto rural a uno universal para ser aceptado en todas las clases sociales, como sucedió en Argentina con el Tango que de los arrabales populares del gran Buenos Aires salto a las marquesinas de los teatros famosos. No podemos comparar el vallenato clásico con el de la “nueva ola” porque sus tiempos y contextos son diferentes, cada uno es bueno para su época y generación.

A la evolución del vallenato han contribuido nuevos instrumentos a los originales de caja, guacharaca y acordeón, facilitando la fusión con otros artistas y géneros musicales. Las redes sociales y plataformas digitales le han servido para su divulgación masiva, y festivales como “Francisco el Hombre” han promovido una nueva interpretación del vallenato y nuevos artistas.

La evolución del vallenato ha hecho posible que se escuche en casi todo el mundo, pero los amantes del vallenato de la vieja guardia seguimos fiel al vallenato tradicional, tanto como la juventud de hoy goza con la “nueva ola”. Claro que para una buena parranda prefiero los clásicos de los juglares en compañía del viejo Parr.

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