Chao Qatar
Hay tristeza por la eliminación de la Selección Colombia del próximo mundial. En el futbol se gana, empata o pierde, a veces se pierde jugando bien o gana jugando mal, pero lo que no es posible es ganar sin gol, y hay maneras de perder, pero perder como perdió Colombia contra Perú y Argentina da grima, pesar, dolor, pena, y siente uno vergüenza de ver una selección tan pusilánime.
Estos jugadores no son malos, juegan en las mejores ligas y se destacan en clubes de Europa, entonces que pasa que no rinden igual cuando llegan a la selección y no meten goles. Siete partidos sin anotar indican que algo está mal. Los futbolistas son los que juegan pero hay un técnico responsable de diseñar el orden táctico y estratégico que ejecutan en la cancha; por su parte, los dirigentes son responsables de contratar un buen D.T.
Algunos futbolistas son calificados “pecho frio” término argentino acuñado para referirse al jugador que no suda la camiseta, que no siente orgullo y amor patrio, no da todo lo que de él se espera cuándo más se le necesita; los argentinos dicen “no ponen huevos”. Falta de actitud fue lo que vimos en los dos últimos partidos perdidos: jugadores apáticos, sin ganas, sin honor, sin orgullo, derrotados antes de entrar al campo de juego, sin intención de revertir la mala situación para justificar que lo intentaron, o que murieron con las botas puestas, faltos de coraje, alma y corazón para meter y correr. Se entregaron sin pelear.
El pueblo esta emputado ya que veníamos de dos mundiales donde Pekerman había puesto el liston muy alto para que Colombia fuera protagonista del futbol mundial, y el técnico que llegara sabía que tenía que dar más para superar lo logrado. Llego el portugués Queiroz de la escuela europea del futbol exigente y moderno, pero al niño “mimao” del James no le gusto su manera rigurosa de trabajar, y le hizo el cajón para sacarlo con dos humillantes derrotas ante Uruguay y Ecuador. James ya había tenido problemas con varios de sus ex técnicos excepto con Anchelotti que siempre lo ha protegido.
La selección une al país. El pueblo la admira, respeta y considera ídolos a sus jugadores, a la vez que es una catarsis a los problemas sociales y económicos que vive la gente, de suerte que gracias al futbol, cuando juega hay un poco de alegría y por eso deben los jugadores romperse el pecho y dejar la piel en la cancha cada vez que vistan la tricolor.
El segundo culpable de esta eliminación es Mr. Rueda, el director técnico, un tipo cansino y flemático que nada transmite con sus gestos y parece – por como juega el equipo – que sus dirigidos no le copian sus instrucciones; defensivo a ultranza juega a empatar y sale perdiendo; no saca el mayor provecho de los jugadores al cambiarlos de posición natural, como a Borré que es nueve y lo manda a marcar; no lee bien los partidos para hacer los cambios; práctica un futbol antiguado, lento, falto de dinámica. Esta desactualizado para el futbol actual que exige velocidad, precisión y ataque.
El trípode del fracaso son lo dirigentes de la Fedefutbol responsables de la ida de Pekerman, de tolerar el complot contra Queiroz y de traer a Rueda que ya había dejado eliminada a Chile?. En medio de la eliminación tenemos que ser agradecidos con Falcao, Teo, James, Quintero, Ospina, Cuadrado, por tantas alegrías que nos dieron pero ya cumplieron y se impone el recambio. Lástima por Lucho Díaz que merecía su primer mundial.
Borrón y cuenta nueva, miremos al 2026 trabajando en la renovación con jugadores jóvenes, frescos, rápidos, a tono con el futbol presente, y se requiere un técnico moderno tipo Gallardo o Simeone que le guste ganar y devuelva a Colombia al sitial que perdió.