El 2022 es un año clave para el devenir histórico de Colombia y en especial de departamentos como La Guajira. Así como existen propósitos personales para el año nuevo, La Guajira por medio de sus líderes y la ciudadanía en general debe afrontar el año con una mentalidad posibilista y propositiva para enfrentar unos retos que pueden convertirse en oportunidad para el desarrollo y el mejoramiento de la calidad de vida de los guajiros.
El primer reto es el proceso electoral para la elección de los representantes del departamento en el Congreso de la República. Se conformaron seis listas para la Cámara de Representantes en las que se encuentra una diversidad de candidatos provenientes de diferentes movimientos y vertientes políticas. Es responsabilidad de los electores guajiros elegir bien, revisando las propuestas, el perfil y el desempeño personal y profesional de estos candidatos para tomar la mejor decisión y que La Guajira esté bien representada en la cámara baja del Congreso.
Sumado a esto, en esta oportunidad se postularon diez guajiros para el Senado. Lo ideal es que La Guajira cuente con una bancada en el congreso mucho mas robusta que permita alzar la voz cuando sea necesaria y facilite el incremento y movilización de recursos de gestión en el gobierno nacional. Comparto la premisa de “guajiro vota guajiro”, esta vez no hay excusa de no tener opciones, hay candidatos para todos los gustos.
Es hora que La Guajira empiece a tener mayor participación y capacidad de influencia en las decisiones de orden nacional. Solo remitámonos al caso de Barranquilla y Atlántico que cuentan con una bancada que ha logrado que el gobierno nacional invierta en proyectos de impacto y de gran envergadura. Una golondrina no hace verano y dos representantes a la cámara no van a lograr incidir en temas claves como el presupuesto nacional, el plan nacional de desarrollo y la vocería con el nuevo gobierno 2022-2026.
Como segundo reto, la elección del nuevo presidente de Colombia es clave para el departamento. La Guajira necesita un “borrón y cuenta nueva” con el gobierno que se posesionará el próximo 7 de agosto, es urgente una reconciliación y el cimiento para una relación de confianza entre las partes que permita pasar la página de la intervención de 2017.
Los alcaldes y el gobernador deben mostrar con resultados la capacidad institucional del territorio para invertir de manera transparente los recursos públicos, de tal forma que exista mayor autonomía para la ejecución de recursos y toma de decisiones. En ese sentido, es una excelente oportunidad para evaluar aquello que ha funcionado y lo que debe modificarse para el cumplimiento de temas claves como la Sentencia T-302 de 2017 y el diálogo Región-Nación para impulsar los proyectos estratégicos necesarios.
Otra oportunidad importante es la consolidación de La Guajira como el hub energético de Colombia. El 2022 es el inicio del proceso de montaje de los 16 proyectos eólicos y del posicionamiento del sector empresarial como un actor relevante, nunca habíamos tenido tantas empresas juntas en el departamento. Es totalmente válido y sano que existan posiciones divergentes frente al impacto positivo de estos proyectos y del sector privado en el territorio, no obstante, esto no puede convertirse en el caballito de batalla de discursos políticos sesgados y de los falsos defensores de los intereses colectivos de los guajiros para cumplir con propósitos personales.
La clave es insistir en lograr acuerdos justos en los que los guajiros y en especial las comunidades se beneficien de los proyectos en sus territorios por medio de la generación de empleo, de ingresos e inversión social y que las empresas por su lado puedan operar de manera eficiente. El llamado es a insistir en la articulación con los diferentes actores de interés del territorio para lograr implementar proyectos que solucionen los desafíos territoriales. El sector privado no podrá suplir el accionar público en ninguna circunstancia.
Para lograr estos acuerdos y resultados el departamento necesita un arbitraje que permita a empresas y comunidades lograr entendimiento y a garantizar que no se incumplan los acuerdos pactados, para ello, la autoridad nacional de consulta previa, la junta mayor de palabreros y las alcaldías deben jugar un rol preponderante.
Sumado a esto, deben promoverse espacios de discusión e información donde se pueda exponer de manera clara la información de los proyectos minero-energéticos en el departamento y de las diferentes visiones técnicas y académicas frente a este proceso. Muy importante lo que pueda hacer la Universidad de La Guajira, la Mesa Andi Más La Guajira, Cámara de Comercio, Corpoguajira y la Comisión Regional de Competitividad en este propósito.
Por último y no menos importante, los guajiros debemos tener como propósito común en el nuevo año creer más en lo nuestro, hay que ponerle fin a ese canibalismo entre paisanos. La única forma de salir adelante es con un frente común por el departamento, abandonar el eterno inconformismo pasivo de las redes sociales donde todo se critica, hay que proponer y a actuar desde todos los frentes. No solo lo líderes políticos son generadores de cambio. El 2022 tenemos la oportunidad de elegir bien al nuevo presidente, a nuestros representantes en el Congreso y a lograr un entendimiento y articulación con un sector privado con el que el departamento jamás había contado.