Votar por Martha Peralta Epiayú es votar por La Guajira con identidad, con voz propia y con dignidad. Es reconocer que nuestra tierra no es solo un territorio, sino una cultura viva que ha resistido el olvido y que hoy exige ser escuchada en los espacios donde se toman las decisiones que afectan su presente y su futuro.
Martha es guajira de raíz, wayuu de sangre y de espíritu. Pertenece a la raza que identifica a La Guajira ante el mundo, una cultura ancestral que ha sabido sostenerse con sabiduría, palabra y resistencia. En un país diverso como Colombia, no es un detalle menor que una mujer wayuu represente al pueblo que históricamente ha sido marginado. Es, por el contrario, un acto de justicia.
Pero Martha no solo representa una etnia; representa a las mujeres. Y La Guajira es mujer. Es fortaleza en medio de la adversidad, es temple frente a la escasez, es cuidado, es lucha diaria. Martha encarna esa realidad: es joven, es madre y es trabajadora. Como miles de mujeres guajiras, sabe lo que significa salir cada día a buscar el sustento, dejar a los hijos en casa con el corazón apretado y seguir adelante porque no hay otra opción que resistir y avanzar.
Votar por ella es votar por las mujeres que edifican hogares, que crían hijos , que trabajan en silencio y que pocas veces son reconocidas. Es votar por una mujer que entiende, desde la experiencia propia, lo que significa defender a la familia, la educación, la vida digna y las oportunidades reales para nuestros hijos.
Martha Peralta Epiayú representa una nueva generación de liderazgo: joven, consciente de sus raíces y comprometida con Colombia sin renunciar a La Guajira. Una mujer que no olvida de dónde viene y que sabe para quién trabaja. Porque para cumplirle a Colombia, también ha tenido que hacer sacrificios personales, como lo hacen a diario tantas mujeres de nuestro departamento.
Hoy, las mujeres guajiras tenemos la oportunidad de vernos reflejadas en una voz que nos entiende, que nos nombra y que nos defiende. Votar por Martha es votar por nosotras mismas, por nuestra historia y por el derecho a ocupar el lugar que merecemos en la toma de decisiones.
La Guajira es mujer. Y hoy, esa mujer tiene nombre propio: Martha Peralta Epiayú.
