La Guajira celebró con orgullo el gran cierre de las Experiencias Comunitarias de Atrapasueños a través del «Festival Mochila Atrapasueños», un evento que reunió cultura, arte y talento para resaltar el poder transformador del acompañamiento que Bienestar Familiar lleva a los territorios más diversos del país.

En una jornada vibrante, las niñas, niños y adolescentes protagonistas del proceso presentaron muestras artísticas, expresiones folclóricas y expresiones culturales que reflejaron los logros obtenidos tras dos meses de trabajo continuo. Los espacios dispuestos por cada experiencia permitieron conocer, de primera mano, los avances comunitarios y la integración entre familias, organizaciones y participantes.

Durante este periodo, Bienestar Familiar, junto con 29 organizaciones aliadas en los municipios de Dibulla y Fonseca, acompañó a 1.642 niñas, niños y adolescentes en la identificación de riesgos y vulnerabilidades, mientras impulsó sus talentos y habilidades a través de competencias artísticas, musicales, lúdicas y recreativas.

El impacto fue evidente: desde sus territorios, las y los participantes fortalecieron una cultura de paz, construida con creatividad, juego, disciplina y esperanza. Las voces de quienes vivieron esta experiencia lo confirman.
«Fue una experiencia muy bonita y recreativa. Lo que más me gustó fue que nos enseñaron que tenemos que valorar nuestra vida porque como niñas y adolescentes tenemos por delante un futuro grandioso», afirmó Laura Carrillo, adolescente del municipio de Fonseca.

De igual manera, Falcao Carranza destacó el respaldo recibido por parte de Bienestar Familiar en la escuela de Alcides Manjarrez: «Nos apoyó mucho, hizo cumplir sueños que para nosotros eran imposibles, nos cambió la vida; ya no nos quedamos encerrados en casa y salimos a la escuela, donde aprendimos a tocar instrumentos musicales».

El «Festival Mochila Atrapasueños» se consolidó así como una muestra del compromiso de Bienestar Familiar con la protección, promoción y fortalecimiento de los proyectos de vida de niñas, niños y adolescentes. Un cierre que no marca un final, sino el comienzo de nuevas oportunidades para seguir tejiendo sueños en La Guajira.






