Edicion diciembre 2, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

Esther Judith Bolaño Ipuana, diseñadora que inspira a otros, fue exaltada con la maxima distinción por la asamblea departamental de la Guajira

Esther Judith Bolaño Ipuana, diseñadora que inspira a otros, fue exaltada con la maxima distinción por la asamblea departamental de la Guajira
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Columnista - Delia Rosa Bolaño Ipuana
Columnista – Delia Rosa Bolaño Ipuana

La pluma dorada plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en la vida de una hija del sol y del desierto, una mujer que brotó de las arenas cálidas de Uribia como una flor de cactus que resiste, que crea y que ilumina. Esta crónica nace en honor a Esther Judith Bolaño Ipuana, nieta de Teichon, hija del viento caribe y de la sabiduría ancestral que recorre los hilos del mundo wáyuu desde tiempos inmemoriales.

Esther Judith empezó a tejer hace más de dieciocho años, cuando aún era una joven que descubría en sus manos la memoria secreta de Wareke, mito y origen del tejido, donde las mujeres wáyuu aprendieron a transformar los sueños en figuras, los colores en narraciones y el silencio en geometrías sagradas. Desde entonces, cada manta, cada mochila, cada bolso, cada pieza creada por ella lleva un fragmento del desierto, un susurro del mar y una intuición profunda de quién es y de quiénes la antecedieron.

Pero Esther no solo teje. Entreteje.

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Une mundos.

Atraviesa fronteras sin dejar de ser raíz.

Desde su empresa Casa Ipuana, ha convocado a artesanas y artesanos del municipio de Uribia y de otros rincones de La Guajira para construir un camino colectivo, uno donde la identidad cultural no se pierda, sino que brille con nuevas luces, donde lo indígena y lo no indígena dialoguen sin miedo, donde la creatividad sea puente y no distancia. Esther Judith Bolaño Ipuana ha demostrado que la tradición no es estática, es un tejido vivo que se renueva, que respira, que acompaña.

Durante estos dieciocho años ha sido empresaria, líder, diseñadora, autoridad tradicional y guía espiritual para su comunidad de Irruwain. Ha sido, ante todo, una mujer wáyuu con la fuerza de una montaña y la sensibilidad de una rueka, ese instrumento heredado por las maestras del tejido que transforma fibras en historia.

Su dedicación la llevó a vestir a mujeres distinguidas de La Guajira, a convertirse en referente para nuevos diseñadores, a inspirar a jóvenes emprendedoras y a demostrar que la moda también puede ser un acto de memoria, de dignidad y de resistencia cultural.

Por su impecable trabajo, su creatividad incansable y su aporte cultural, la Asamblea Departamental de La Guajira le otorgó este año una condecoración que honra no solo su trayectoria, sino el espíritu de todo un pueblo tejido en sus manos. Fue reconocida por su liderazgo, por su labor social, por su defensa del arte y por su compromiso con el bienestar comunitario.

Y como si el desierto la hubiera empujado hacia horizontes más grandes, Esther fue seleccionada para representar a La Guajira y a Colombia en Expo Osaka 2025 en Japón, donde sus diseños brillaron con la elegancia, el simbolismo y la fuerza cultural que la caracterizan. Este mismo año también fue invitada a París, la capital mundial de la moda, donde nuevamente dejó la huella profunda de lo auténtico.

Esther Judith no solo viaja, trasciende.

No solo diseña, revela.

No solo representa, encarna.

Encara la belleza de su pueblo.

Encara la fuerza de sus ancestros.

Encara la esperanza de una generación de artesanas y diseñadoras que ven en ella un faro posible.

Hoy, en la trigésima versión del Festival de la Cultura Wáyuu, cuando la tierra del sol celebra su identidad, Esther vuelve a su territorio como protagonista de una gran pasarela. No regresa a pedir espacio: regresa a ocuparlo con dignidad, con la certeza de que su nombre ya está tejido en la memoria cultural de La Guajira. Junto a otros diseñadores, mostrará que la moda wáyuu no es solo un conjunto de prendas: es un patrimonio vivo.

Sus manos esas manos guiadas por su abuela y por su madre Isabel son un archivo de sabiduría. Su mente iluminada por la brisa del Caribe y por el silencio del desierto es un taller donde conviven los sueños propios y los sueños de su comunidad.

Por eso hoy la pluma dorada escribe su nombre con el respeto y la admiración que merecen las vidas que transforman territorios.

QPorque Esther Judith Bolaño Epuana es más que una diseñadora.

Más que una líder.

Más que una artesana.

Es una mujer que honra su raíz, que teje futuro y que demuestra que La Guajira —la tierra del sol, de la resistencia y de la belleza ancestral— puede hablarle al mundo a través de sus creadores.

Una mujer que seguirá siendo, por muchos años más, referente, inspiración y orgullo de su pueblo wáyuu y de Colombia entera.

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