Con una destacada participación académica y cultural, se desarrolló con éxito el II Congreso Colombiano de Etnomatemática y el II Encuentro de Experiencias Significativas en Educación Infantil y Básica Primaria, donde el conocimiento, la cultura y la pedagogía se entrelazaron en un diálogo que unió a Brasil, Ecuador, Colombia, El Salvador y Argentina en torno a la búsqueda de una educación matemática con sentido cultural y humano.
A lo largo de tres días, el evento reunió a docentes, investigadores y estudiantes en ocho conferencias magistrales, dos talleres, un panel, 18 ponencias académicas y una visita cultural y académica a una ranchería wayuu, donde los asistentes pudieron conocer de cerca los saberes ancestrales de esta comunidad.

El congreso fue organizado de manera conjunta por la Universidad de La Guajira, la Universidad Antonio Nariño, la Universidad del Atlántico, la Universidad de Nariño, junto con el apoyo de la Red Internacional de Etnomatemática, el Grupo Internacional de Estudios de Etnomatemática (ISGEM) y el semillero de investigación Diversidad Matemática.
En representación del Alma Máter, participaron activamente estudiantes de la Licenciatura en Educación Infantil y de la Licenciatura en Etnoeducación e Interculturalidad, quienes, desde sus procesos pedagógicos, aportaron a la reflexión sobre una enseñanza que integra la lógica, la creatividad y los saberes culturales como base del aprendizaje significativo.
Durante el encuentro, la docente Nelssy Jiménez Díaz, de la Universidad Pedagógica Nacional, destacó la importancia de estos espacios formativos, y señaló que “son oportunidades que no debemos desaprovechar, en el sentido en que nosotros, como maestros, podemos ejercer una acción política, ética y de emancipación a través del conocimiento que compartimos para la primera infancia”, sostuvo.

Por su parte, Camilo Rodríguez Nieto, docente de la Universidad de La Costa, advirtió que las matemáticas deben mantenerse siempre conectadas con la vida cotidiana, valorando los saberes ancestrales y las prácticas culturales, como las de la comunidad wayuu. Agregó además que: “el congreso representa una apuesta al futuro, que fomenta un conocimiento riguroso, pero a la vez contextualizado y conectado con la vida real”.
Con una asistencia promedio de 160 participantes, esta actividad se consolida como un referente nacional en el diálogo entre la cultura, la educación y las ciencias numéricas, y reafirma el compromiso de las instituciones organizadoras con investigación, la innovación pedagógica y el fortalecimiento de una educación inclusiva.