Edicion octubre 5, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

Tal día como hoy y en una antigua cárcel de Riohacha, se apareció la muerte

Antigua cárcel de Riohacha. Fue demolida por orden de la exgobernadora de La Guajira, Lola De La Cruz Mattos.
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Columnista - Marcos Antonio Barros Pinedo
Columnista – Marcos Antonio Barros Pinedo

Corría el 23 de septiembre de 1957, reinaba la calma en el interior de la cárcel del hoy Distrito de Riohacha. Estaba ubicada en la Avenida 14 de Mayo con carrera once, a la orilla del mar Caribe, en el llamado barrio “El Guapo”.

Allí se encontraban detenidos por contravenciones menores: Carlos Cotes Areyanes, Demetrio Epinayuu, Carlos Alberto Chirinos y Luis José Canova Rodríguez. Este último conocido como “El Mono” Canova.

Se recuerda que “Cayo” Cotes tenía un radio de regular tamaño, eléctrico, marca Philips, que le servía para escuchar música y noticias. Precisamente, por la emisora Ondas de Riohacha, que tenía año y medio de haber salido al aire. Era propiedad de Leónidas Ocando Valdeblanquez y como locutores actuaban Edison Hernández Pimienta, Moisés Campo Loayza y Dilia Rosa Gnecco de Daza. “Cayo” también sintonizaba las emisoras de las islas del Caribe: Aruba, Curazao, República Dominicana, Cuba y Puerto Rico.

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En las horas de la tarde se presentó un tiempo lluvioso, pero fue efímero a raíz de que apareció el arcoíris y luego el cielo se mostró radiante. De manera sorpresiva, Carlos Cotes Areyanes prendió su radio para escuchar música con sus tres compañeros de momentánea reclusión. Más adelante apagó el receptor y se puso a conversar con Demetrio Epinayuu, Carlos Alberto Chirinos y “El Mono” Canova. “Cayo” enfocó el tema alrededor de la caída del poder del general Gustavo Rojas Pinilla, el 10 de mayo de 1957, porque el general es de grata recordación para los riohacheros y los guajiros.

A las seis de la tarde, el carcelero Rafael Emilio González, “Rolo”, les dio permiso para que los cuatro detenidos tomaran aire puro del mar Caribe.

Lo cierto es que después de la larga conversación, “Rolo” les dio órdenes de regresar a sus celdas, listos para dormir. Fue cuando el “Mono” Canova les dijo a sus tres compañeros: “Duerman bastante porque mañana 24 de septiembre vamos a celebrar el día de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de los reclusos”.

Carlos Alberto Chirinos, de nacionalidad venezolana, le preguntó al “Mono” Canova: ¿Cómo vamos a celebrar mañana si no tenemos un solo centavo con qué comprar una gaseosa? “El Mono” Canova le respondió: “Tranquilo, muchachos, yo tengo para comprar más de una gaseosa, mañana nos emborrachamos”.

Antigua cárcel de Riohacha. Fue demolida por orden de la exgobernadora de La Guajira, Lola De La Cruz Mattos.
Antigua cárcel de Riohacha. Fue demolida por orden de la exgobernadora de La Guajira, Lola De La Cruz Mattos.

Al día siguiente, o sea, el 24 de septiembre de 1957, a partir de las cinco de la mañana, el repique de las campanas de la catedral Nuestra Señora de los Remedios anunciaba la celebración del Día de Nuestra Señora de las Mercedes. A las seis de la mañana salió al aire la emisora Ondas de Riohacha. El locutor Edison Hernández Pimienta dio la hora y anunció la canción: A lo oscuro metí la mano, a lo oscuro metí los pies, interpretada por el conjunto sibaeño de República Dominicana, de Ángel Viloria.

La música del radio Philips de “Cayo” Cotes le imprimió un buen estado de ánimo a Demetrio Epinayuu, Carlos Alberto Chirinos y “El Mono” Canova. Mientras que “Cayo” Cotes tomó la situación con mucha calma y por el lado amable, no le dio ninguna importancia a lo que pretendían sus tres compañeros, como era la de emborracharse para celebrar el día de la Virgen de las Mercedes.

Hay que señalar que, de manera sorpresiva, apareció en la cárcel el señor Sergio Gamboa. Enseguida el “Mono” Canova le pidió que fuera a la tienda más cercana y le comprara diez Coca Cola y en la Farmacia del Pueblo, que era de Alberto Riccilli Gómez, le comprara una botella de alcohol antiséptico. Sergio Gamboa le preguntó al “Mono” Canova: ¿Tú para qué quieres Coca Cola y alcohol antiséptico? “El Mono” Canova le respondió: “Estoy contento porque hoy es día de la Virgen de las Mercedes y voy a hacer un champurriao para beber con el chinito y el venezolano”.

Cuando “Cayo” Cotes escuchó tales palabras, le dijo al “Mono” Canova: “No mandes a Gamboa a comprar nada porque sería muy peligroso para ustedes”. Sin embargo, este respondió: “No te preocupes, ‘Cayo’, que el champurriao no es peligroso. ‘Ni guayabo me da’”, enfatizó “El Mono” Canova.

Sergio Gamboa salió a hacer el mandado silbando la canción La camisa afuera, interpretada magistralmente por la Banda del maestro Benjamín Ezpeleta. Primero llegó a una tienda y compró las diez Coca Cola. Luego fue a la Farmacia del Pueblo a comprar el alcohol antiséptico y la encontró cerrada. Gamboa se devolvió para la cárcel con las 10 Coca Cola, mas no con el alcohol antiséptico. Pero el “Mono” Canova no quedó conforme y le pidió nuevamente el favor a Gamboa que le comprara el alcohol en la ferretería de Luis Guerrero, ubicada en la calle nueve con carrera sexta esquina. Gamboa salió raudo silbando la canción: Toca las maracas, Brito, porque yo las necesito, y en efecto hizo el segundo mandado y desafortunadamente lo que compró fue alcohol metílico, el que es conocido como alcohol de madera.

Cuando ya el “Mono” Canova tenía en sus manos las 10 Coca Cola y el alcohol metílico, al son de la música que salía del radio Philips de “Cayo” Cotes, se dedicó a preparar el champurriao. Le echó hielo y lo probó con un sorbo, diciendo: “¡Está sabroso, muchachos!”.

Más adelante, el primer trago lo lanzó al suelo en memoria de sus amigos fallecidos. Luego le sirvió a Demetrio Epinayuu y a Carlos Alberto Chirinos. También le brindó un trago a Carlos Cotes Areyanes y a Sergio Gamboa, pero estos dos últimos no “mordieron el anzuelo” y no aceptaron semejante y peligroso brindis.

Hay que precisar que Sergio Gamboa terminó su visita a la cárcel y se despidió de los tres entusiasmados con su champurriao de la siguiente manera: “Mañana regreso y les traigo Alka-Seltzer para el guayabo. ¡Diviértanse, muchachos!”.

Los tres detenidos bebieron, cantaron y se divirtieron hasta agotar el champurriao. La música antillana de Ángel Viloria sonó y sonó en la emisora Ondas de Riohacha. La verdad es que se emborracharon y comieron bien, y no se les notaba, entre ellos, nada que pusiera en peligro sus vidas.

A las ocho de la noche los detenidos regresaron a sus celdas a dormir bien chévere y después de celebrar el día de la Virgen de las Mercedes.

El día siguiente a las seis de la mañana, el carcelero “Rolo” debía entregarle la guardia a su compañero José del Carmen Pimienta, “Came”, como en efecto sucedió. Lo primero que hizo “Came” fue dirigirse a la celda del “Mono” Canova para despertarlo. Y lo llamó: “Mono, levántate que tienes que ir a buscar agua para que se bañen”. El “Mono” Canova no respondía. “Came” también llamó fuertemente al chinito y al venezolano y tampoco respondieron. Ante esta situación, “Cayo” Cotes le dijo a “Came”: “Yo sabía que a estos tres compañeros el guayabo les daría muy duro. Porque un champurriao con alcohol metílico o de madera es muy fuerte para cualquier persona con ánimo de emborracharse”.

Lamentablemente sucedió lo inesperado cuando “Came”, al ver que ninguno de los tres reclusos respondía, optó por jalar del cabello al “Mono” Canova, el cual se le desprendió totalmente de su cabeza. Igual sucedió con Demetrio y Carlos. Los tres estaban muertos. Resultaron envenenados.

Fue entonces cuando “Came” exclamó: “¡Dios mío, por divertirse el día de las Mercedes solo encontraron la muerte!”.

Este caso causó conmoción y consternación en aquel Riohacha del ayer y, por lógica, entre los familiares de los tres reclusos que perdieron la vida a causa del maldito champurriao con Coca Cola y alcohol metílico.

“El Mono” Canova y el “Chinito” Demetrio fueron sepultados en Riohacha. Carlos Alberto Chirinos fue sepultado en la ciudad de Valencia, Venezuela.

Y se puede decir también que Carlos Cotes Areyanes y Sergio Gamboa se salvaron porque en ningún momento le siguieron la jarana a los tres emocionados por una fiesta religiosa.

¡Cómo se pasa de rápido el tiempo!

Precisamente, cuando ya han pasado tantos años y Riohacha ha crecido, no muy ordenadamente. Por eso cada 24 de septiembre, cuando se celebran las fiestas de la Virgen de las Mercedes, patrona de los reclusos, se recuerda este trágico acontecimiento donde perdieron la vida tres personas muy jóvenes por ser amigos del licor.

A veces el fanatismo religioso al ser humano lo conduce a hacer cosas increíbles, tal como sucedió con Demetrio, Carlos y “El Mono” Canova, que hacen parte de la vieja historia de Riohacha.

Porque la nueva historia de Riohacha indica que no fue Nicolás de Federman su fundador, sino los pescadores de perlas de la isla de Cubagua, Venezuela.

¡Y… pare de contar!

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