Edicion octubre 5, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

En galleras, corralejas y coleos, quedó prohibido jugar

En galleras, corralejas y coleos, quedó prohibido jugar
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Columnista - Martín Barros Choles
Columnista – Martín Nicolás Barros Choles

Tres formas de juegos-apuesta heredados de los españoles que nos conquistaron y saquearon nuestra riqueza con malos tratos a indígenas nativos de Colombia y otras naciones de América Latina. Los citados juegos abolidos por una ley prohibitiva, recién declarada exequible por la Corte Constitucional, ordena desmontaje de estructuras sobre juegos relacionados con: galleras, estadios o coliseos abiertos, para corralejas, corridas de toros y coleos; todos relacionados con animales vacunos machos. De la misma forma, se comenzarán a desmontar las organizaciones, asociaciones y clubes de aficionados a referidos juegos; que se ven afectados por el corte del jovial entretenimiento, compartiendo sana diversión y recreación entre colegas, amigos y conocidos; arraigado a costumbres antiquísimas en círculo cultural sin conllevar a ningún peligro que atente contra la sociedad.

La ley que dispone la prohibición es la 2385 de 2024, fundamentada en lo relacionado al maltrato animal, requiriendo de protección legal. La misma ley establece un término de transición de tres años, para que se implementen programas de reconversión económica y cultural, que sustituyan labores informales y contratadas, en favor de las personas que dependen de rentabilidad ocasional o ganancia en ventas y negocios económicos durante faenas de programaciones establecidas de manera informal remunerativas.

El objeto de la ley es reconocer respeto por la vida animal, sacrificadas en galleras, corridas y corralejas de toros, becerradas y coleos; entre otros, utilizadas en espectáculos públicos, socavando la integridad de un ser viviente. El gobierno nacional tiene el deber de difundir y hacer pedagogía relacionada con la prohibición en el territorio nacional, a efecto de concientizar la negativa de continuar llevando a cabo citadas programaciones y darle estricto cumplimiento a la prevención y protección animal.

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Los alcaldes están obligados a controlar las prohibiciones y denunciar en la Fiscalía maltratos, crueldad y violencia contra cualquier animal. Con anterioridad a la citada ley, también se prohibieron las peleas de perros, cazadas con apuestas, los animales utilizados en los circos y las crías de animales no domésticos como mascotas, diferentes de: gatos, perros, caballos, patos, etc. Quedan excluidas de prohibiciones las cabalgatas.

La Corte Constitucional, en fallo unánime, declaró exequible la ley, que deberá entrar en vigencia a partir del 4 de septiembre del año 2027, considerando que no se debe permitir el maltrato animal con el pretexto de una tradición cultural, quedando lista la aplicación obligatoria de la ley 2385/24 en lugares habituados para los juegos. La prohibición generaría juegos clandestinos que estarían perseguidos o arreglados con la policía, autoridad encargada de controles.

Es importante diferenciar los juegos o faenas de gallos y toros. Las corridas de toros son diferentes a las corralejas y coleos. Se han detectado torturas a los toros desde antes de enfrentar la cuadrilla de toreros, para estresarlos, con encierros, ruidos y untada de aceite por los ojos antes de salir al ruedo, para el manteo, comenzando por clavarle banderillas, los pican con arpones ejecutados por jinetes montados a caballos y terminan sacrificándolo con una estocada, que no es otra que una espada de acero enterrada entre el cuello y el lomo del animal, atravesándole el corazón, originando la agonía de muerte, previo arrojo de sangre por la boca, desgonzándose al suelo, constituyéndose en un triunfo para el torero, concediéndoles los jurados cortes de orejas y hasta rabo, de acuerdo a la forma malvada en que asesina al animal, exaltado con flameados de pañuelos blancos, cargados en hombros, circunstancias palpables generadoras de reproches y cuestionamientos. Bogotá, Medellín, Manizales, Cali y Cartagena disponen de plazas para las corridas de toros anuales.

En las corralejas, no se matan a los toros, estos pueden matar a quienes los provocan, desafían o mantean sin medio de prevención, en estado de alicoramiento. Consiste en soltar un toro novillo diferente a los toros bravíos de lidias, para agitarlos y corretearlos. Los patrocinadores lanzan dineros al ruedo para que recojan, exponiéndose al peligro. Las corralejas son practicadas en los departamentos de Bolívar, Córdoba, Sucre y Atlántico.

El coleo es una práctica de juego llanero con toros, acondicionando un coliseo circular, donde se suelta un toro en espacio angosto y detrás sale un caballo con jinete a bordo para agarrarle la cola al toro y torcerla hasta tumbarlo. Es un deporte en los Llanos colombo-venezolanos, en el oriente del territorio nacional: Meta, Casanare, Arauca, Vichada, Caquetá, entre otros.

Las riñas de gallos comprometen los cuatro continentes del mundo y sus prácticas se extienden desde el siglo XVI. En Europa se inició por Grecia, Italia, España y Portugal. En Asia la practican desde antes del cristianismo en las dos naciones más pobladas del mundo, India y China. Además, en Filipinas, Vietnam, Indonesia, etc. En América trajeron las riñas los conquistadores españoles. Fueron adoptadas en las naciones latinoamericanas, Caribe y Norteamérica. Hasta la fecha, Colombia ha sido la única nación del mundo que prohíbe juegos de peleas de gallo, cuando esta se practica en por lo menos 80% del territorio nacional.

En La Guajira, las riñas de gallos se vienen llevando a cabo desde hace más de 200 años, hoy en día tenemos unas 40 cuerdas tradicionales de galleros, que sumarían en conjunto en sus criaderos más de un millar de gallos de pelea, atendidos por unos 60 cuidadores, cuya remuneración depende de asistir y atender criaderos de gallos finos. También incrementan ingresos con los resultados positivos de los gallos que ganan las peleas. Anteriormente en peleas de gallos no les calzaban espuelas con elementos artificiales de punto agudo, de carey y de aluminio, sino que peleaban con sus propias espuelas naturales punteadas de los gallos. Para ganar la riña, se requiere que uno de los gallos mate al otro. Ahí tipifica el maltrato animal.

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