Edicion noviembre 14, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

La foto equivocada que decía toda la verdad: Chema y Rafa, una amistad sincera

La foto equivocada que decía toda la verdad: Chema y Rafa, una amistad sincera
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Columnista - Adaulfo Manjarrés Mejía
Columnista – Adaulfo Manjarrés Mejía

Dicen que en el mundo del periodismo los errores se corrigen con tinta, pero hay equivocaciones que parecen poéticas, casi proféticas; eso ocurrió con la columna publicada ayer, titulada “Chema, ¡Uno pa’ ti!”, donde el diagramador, por azares de la prisa o quizás por dictado del destino, colocó la foto de Rafael Manjarrez en lugar de la de Chema Moscote. Muy temprano, la diligente directora del periódico, al que, por cierto, le debo tanto, me llamó con la intención de corregir el detalle en una próxima edición. A Rita, y a quienes consideraron aquello un simple descuido técnico, les digo que no fue así porque cuando se trata de compadres, hermanos de letras y leyendas vivas del folclor guajiro, esa imagen “equivocada” fue, en realidad, un guiño del alma, todo menos un error.

Esa foto, la del eterno compositor de “Benditos versos” y “Ausencia sentimental”, no traicionó la intención de la nota, la redondeó, porque si hay dos hombres que caminan en paralelo por los surcos del folclor, compartiendo no solo melodías sino historia, afectos y trincheras, son Chema Moscote y Rafa Manjarrez; su amistad lleva más de cuatro décadas cosechando memoria y sembrando versos entre la realidad y lo soñado.

Juntos compartieron escuela jurídica y códigos, cuando el Derecho aún tenía el encanto de la tinta fresca y las discusiones fuera de los salones en la Universidad Libre de Barranquilla, juntos aprendieron que ser notarios no sólo era expedir fe pública, sino escuchar las historias más humanas para luego convertirlas, quizás, en canción; han compartido también la política, ese laberinto que a veces divide, pero en este caso los unió aún más como testigos críticos del país que se pensó desde La Guajira.

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Ambos han son miembros activos de Sayco, la sociedad que guarda celosamente las obras de nuestros juglares, y que bien podría tener una oficina decorada con frases de Chema y Rafa, no es exagerado decir que su vínculo es de compadrazgo profundo, no sólo en lo ceremonial o familiar, sino en esa complicidad espiritual que les ha permitido acompañarse en las buenas, las no tan buenas, las parrandas, y también en los silencios compartidos.

Son hijos de una cantera musical única, donde el vallenato se respira como el aire de la Sierra y se canta como se habla en los pueblos, con naturalidad, sin pretensiones; desde esa raíz, ambos le han cantado al amor, a la vida, a los libros, al café de la mañana, al paseo por el río, a lo que duele y lo que enaltece; no son compositores que fabrican canciones como productos en cadena, son artesanos de lo cotidiano, poetas que tienen alma de provincia y corazón de abogados.

¿Y cuántas parrandas han compartido? Tantas que ya no se cuentan por números sino por tragos y sonrisas, Rafa, con su estilo reflexivo y poesía de altura, y Chema, con su verbo ágil y mirada crítica, han sido anfitriones y visitantes de las tertulias vallenatas más memorables, puede que haya o no protocolo, pero de seguro en ese lugar lo que sí hay son versos que se derraman como ron en copa de totumo.

Jose Manuel ‘Chema’ Moscote, exalcalde de Fonseca, excontralor de La Guajira y actual presidente del Festival Francisco el Hombre.
Jose Manuel ‘Chema’ Moscote, exalcalde de Fonseca, excontralor de La Guajira y actual presidente del Festival Francisco el Hombre.

Lo más bello de su vínculo es que cada uno lleva su estandarte, su musa y su melodía, pero comparten el mismo Dios, ese que les ha dado el don de componer y el talento de coincidir sin envidia, no se pisan las letras, se celebran los hallazgos del otro. Rafa canta lo suyo y aplaude lo de Chema, mientras Chema escribe desde su experiencia y sonríe al saber que su compadre también anda inspirado por la vida.

Entonces no fue un error poner la foto de Rafael en la columna de Chema, fue un guiño celestial, una manera sutil de recordarnos que el folclor no solo está hecho de canciones, sino de amistades que perduran que hay caminos que se bifurcan en las melodías, pero se entrelazan en las emociones.

Porque si uno canta lo vivido y el otro lo leído, si uno es más cantinero y el otro más bibliotecario, si uno le canta al amor de calle y el otro a la ausencia de los versos, ambos han enriquecido la cultura vallenata con la autenticidad de quien no compite, sino compone desde el corazón y esa unión pocas veces contada, muchas veces sentida merece más que una foto, merece un álbum completo.

Así que, querida Rita, tranquila, no corrijas la imagen, déjala como está porque ese rostro que aparece junto a Chema en la columna, aunque no lo diga el pie de foto, es el espejo más sincero de una hermandad de música, palabra y respeto y en estos tiempos donde todo se edita, aplaudo que al menos un “error” diga más que mil aciertos.

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