Edicion julio 18, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

La tinta del alma escribe a un hombre de luz, Ismael Fernández Gámez

La tinta del alma escribe a un hombre de luz, Ismael Fernández Gámez
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Columnista - Delia Rosa Bolaño Ipuana
Columnista – Delia Rosa Bolaño Ipuana

La pluma dorada, en esta ocasión, plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en un ser de luz, en un ser humano maravilloso, en una persona que ha sido puerta para otras y por eso la vida hoy lo bendice; la vida hoy le abre puertas internacionales porque él también lo ha hecho con otros guajiros. Eso lo ha convertido en un fenómeno para La Guajira, para la región Caribe y ahora para el mundo. Un referente. Un ejemplo. Una persona excepcional: Ismael Fernández Gámez.

No todos los días se puede escribir sobre alguien cuya existencia misma es una crónica viva. Ismael Fernández Gámez, nuestro querido “Cardenal Guajiro”, no necesita títulos rimbombantes para brillar, porque su sola presencia en los medios, en las letras y en los corazones de quienes lo conocemos es ya una luz que alumbra caminos.

Director emblemático de Diario del Norte, voz que marcó generaciones, artífice de la palabra y centinela del periodismo ético y comprometido, Ismael ha sido más que un periodista: ha sido un tejedor de esperanzas. Su mirada ha estado siempre fija en el horizonte, buscando cómo elevar a los suyos, cómo visibilizar al otro, cómo convertir cada historia de la Guajira profunda en relato digno de ser contado.

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Hoy, desde su nuevo rol como gerente de Telecaribe, sigue abriendo puertas que parecían selladas. Su voz tiene el eco de la sabiduría, pero también la humildad del que sabe que el poder se ejerce sirviendo. Porque eso ha sido él: un servidor de su tierra, un padrino de los poetas, un cómplice de los artistas, un aliado incondicional de los escritores que creímos en la palabra como destino.

A su lado, su inseparable compañera Demis Pacheco, mujer de nobleza y coraje, ha sido la fuerza silenciosa que completa esta dupla extraordinaria. Juntos han hecho de su vida un proyecto colectivo: en cada logro ajeno celebran el suyo propio. En cada triunfo de un guajiro sienten que también se levantan ellos.

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Ismael no conoce de envidias. No le teme al brillo ajeno. Al contrario, lo alienta, lo difunde, lo protege. ¿Cuántos no encontramos en él ese empujón que nos faltaba? ¿Cuántos no recibimos su respaldo silencioso, su palabra precisa, su llamada oportuna?

Y no hay gesto más grande que el de tender la mano sin esperar nada a cambio. Por eso hoy, cuando el mundo lo reconoce como uno de los periodistas más destacados de Iberoamérica, los que lo conocemos sabemos que no es casualidad. Es justicia. Es cosecha de una siembra generosa y constante.

Sus hijos, sus nietos, su amado “Cardenalito”, deben saber que llevan en sus venas la herencia de un grande. De un hombre íntegro, valiente, generoso y brillante. Un esposo devoto. Un padre guía. Un abuelo que inspira. Un amigo leal. Un jefe que forma con ejemplo.

Hoy, esta pluma dorada escribe con emoción contenida, pero con la firme convicción de que homenajes como estos no solo se merecen: se deben. Porque hombres como Ismael Fernández Gámez no nacen todos los días. Porque La Guajira tiene en él no solo a un comunicador excepcional, sino a un símbolo de lo mejor que somos capaces de ser.

Gracias, Cardenal Guajiro, por encender faros en tantas vidas. Que esta nueva etapa esté llena de bendiciones, de conquistas, y sobre todo, de amor. Porque si algo has dado a manos llenas, es amor por tu tierra y tu gente.

Que esta crónica viaje hasta ti como un abrazo extendido desde cada rincón de La Guajira…

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