Edicion septiembre 19, 2024

Donald Trump rehúye a revancha debate con Kamala Harris

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Donald Trump rehúye a revancha debate con Kamala Harris

Columnista - Martín Barros Choles
Columnista – Martín Nicolás Barros Choles

Después del candente debate, en un término de 90 minutos, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, el expresidente Donald Trump, por el Partido Republicano, y la vicepresidenta Kamala Harris, candidata del Partido Demócrata, transmitidos por canales televisivos desde el estado de Pensilvania, coordinados por medios de comunicación agrupados para preguntar temas referentes a actualidades, proyecciones, compromisos o promesas en un futuro gobierno, en busca del apoyo popular de los ciudadanos.

Las confrontaciones ocuparon el primer lugar en el referenciado debate, donde el candidato republicano Donald Trump se caracteriza por ofender con mentiras a sus contrincantes, menospreciarlos u humillarlos, con arrogancia sobre los demás, como un superhombre, poderoso en capital económico, que terminó estrellado con la rival contrincante, la candidata demócrata Kamala Harris, quien lo aquietó, colocándolo respetuosamente en su lugar. Le mencionó que no estaba debatiendo con el presidente Joe Biden, le cantó verdades delictivas y tramposas, lo que hizo botar el chupo al expresidente, para luego estallar en ira y soberbia, transformando el estado anímico y comportamiento personal frente a las cámaras.

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Se habían programado dos debates previos a las elecciones presidenciales, que tendrán lugar el 5 de noviembre, conjuntamente con la elección de la Cámara y una parte del Senado, en las cuales se juegan el voto popular de ciudadanos indecisos e independientes, que predominan entre 7 a 9 estados, estos al final definen la elección presidencial, dentro de 50 estados.

Hay paridad de militancias tradicionales en ambos partidos. El presidente no se elige de manera directa, sino a través de delegados por estados; esta práctica derrota algunas veces a una mayoría globalizada de la totalidad de los resultados, como ocurrió en la pasada elección de Donald Trump frente a Hillary Clinton, quien, a pesar de ganar en la totalidad de votantes por más de un millón de votos, la candidata demócrata perdió la presidencia al ser derrotada en La Florida por menos de 10 votos. El candidato que gana en un estado le corresponde todos los delegados del citado estado y al que pierde, nada, cuando lo lógico y más democrático sería dividir delegados proporcionales al porcentaje de votación de cada uno de los candidatos.

El cambio de candidatura en el Partido Demócrata, de la vicepresidenta Kamala Harris, en reemplazo del presidente Joe Biden, quien renunció para darle paso a quien tiene como compañera de gobierno popular, durante el período que vence el 6 de enero del próximo año.

La candidatura de Harris no fue prevista ni calculada por los republicanos, pavoneándose de triunfalistas por el resultado del primer debate entre el expresidente Donald Trump y el presidente Joe Biden, candidato reeleccionista demócrata, donde el presidente, por condición de vejez y cansancio de estado físico, divagó y desacertó algunas respuestas que sirvieron para descalificación de sus opositores y aventajó en 7% las encuestas a favor del candidato republicano Trump, fortaleciéndose con el atentado previo a la convención del partido, que resultó herido de bala rozando la oreja derecha, de un supuesto disparo de arma AK-47, dejando dudas por el tipo de calibre que le hubiese volado la oreja, desgoznándolo al suelo, lo cual no ocurrió. El candidato se agachó, se levantó ensangrentado y consciente, pero el hecho constituyó parte del lanzamiento de la candidatura.

La ventaja considerable del candidato republicano Donald Trump sobre el presidente Biden puso a reflexionar a los miembros del partido de gobierno, que acordaron sin traumatismo cambiar la fórmula en candidatura presidencial, materializando la candidatura en cabeza de una mujer de raza negra, Kamala Harris, apagando la euforia emotiva, desatada en algunos republicanos radicales y sectarios de extrema derecha.

La disputa por la presidencia de EE. UU. se emparejó con el cambio de candidatura, con tendencia a subir en algunos estados, donde las encuestas desfavorecían al presidente Biden, tales como Georgia, Michigan, Nevada, Arizona, Filadelfia, Pensilvania, Florida, Carolina del Norte y Wisconsin. Estados claves para ganar elecciones, debido a que sus habitantes son variables en cuanto a apoyos de candidatura presidencial, a diferencia de otros estados tradicionales para uno y otros partidos, ejemplos republicanos: Texas, Virginia, Misuri y Oklahoma. Demócratas: California, Nueva York, Washington, Indianápolis, entre otros.

El expresidente y candidato republicano Donald Trump descartó llevar a cabo otro debate, acordado para el mes de octubre, rehuyéndole a enfrentamientos en revancha política, con la candidata demócrata, que aspira ser elegida, primera mujer presidente en la historia de Estados Unidos, goza de simpatía y favoritismo entre las mujeres, LGBTI+, jóvenes y adultos, menores de 50 años, inmigrantes latinos y descendientes de estos, sindicatos, comunidad afro y judía.

Últimamente, la candidata demócrata recibió una carta de respaldo de unos 200 dirigentes republicanos de diferentes estados, entre los que se encuentran la familia Bush, predominantes en Florida y Texas, expresidentes a la presidencia, exvicepresidentes, gobernadores, senadores y Cámara de Representantes. Robert Kennedy, demócrata sobrino del expresidente John F. Kennedy, asesinado por grupo de derecha norteamericana, respalda de manera contradictoria a Donald Trump, justificando que Kamala Harris era de tendencia de izquierda, olvidándose que a su tío expresidente lo tumbó del gobierno la derecha extrema ortodoxa, que apoyan a Trump, matándolo.

El expresidente Donald Trump quiere repetir presidencia en condición de delincuente, al estar procesado y condenado por conducta delictiva, en fiscalía y tribunales, por diferentes cargos criminales que le han sido imputados en audiencias formales, sobre los cuales se viene defendiendo. Si logra ganar la presidencia, los cargos penales formulados se van al carajo o valen una archivada, para autoamnistiarse e indultarse. De igual forma, indultar a todos aquellos delincuentes que asaltaron el Congreso, para obstruir el reconocimiento de presidente a Joe Biden, en procura de destronarlo y continuar gobernando.

El candidato republicano Donald Trump está cargado de sentimientos vengativos, constituyéndose en grave peligro para la humanidad y el mundo. Impone sus caprichos por sobre la razón, con pedanterías y arrogancias, de manera irritable e intimidatoria, creyéndose el Superman. Solo le interesa perseguir intereses personales, ultrajando vasallos, dependientes, sumisos y miedosos, exaltando el machismo.

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